Ha llegado una de las mejores épocas del año para disfrutar del sol y de un día en la alberca. Sin duda, es uno de los planes más refrescantes para pasar el verano, aunque para disfrutar de una jornada segura es aconsejable que tengas en cuenta algunas recomendaciones básicas.
1. Protégete del sol: Utiliza un bloqueador con protección solar alto (preferiblemente por encima de 30), incluso si el día está un poco nublado, sólo así evitarás las peligrosas quemaduras. Elige las cremas de sol que son resistentes al agua.
Otro aspecto importante a tener en cuenta es que la exposición al sol debe ser progresiva y, sobre todo, debes evitar las horas centrales del día (entre las 12:00 y las 16: 00h). ¡Recuerda que tu piel tiene memoria!
No olvides también, que los niños y los adultos mayores son más vulnerables ante el calor, por eso deben permanecer a la sombra y en lugares frescos.
2. Utiliza un sombrero o gorra: Protege la cabeza de los rayos solares cubriéndote la cabeza para evitar quemaduras en el cuero cabelludo, evitar los dolores de cabeza, la insolación y los golpes de calor.
3. Usa lentes de sol: Es aconsejable que utilices lentes de sol con protección UVA y UVB de 99 a 100% de radiación ultravioleta.
4. Espera a hacer la digestión antes de meterte al agua: Mientras tu cuerpo está haciendo la digestión no conviene hacer ningún tipo de ejercicio físico y del mismo modo, es aconsejable que evites los cambios bruscos de temperatura.
5. Actitud responsable: Debes lanzarte al agua por la zona de mayor profundidad, no debes correr por los alrededores de la alberca porque el suelo está mojado y puedes resbalarte.
6. Hidrátate con agua mineral natural: Asegúrate de llevar una botella de agua mineral natural para hidratarte cada poco tiempo tú y los más pequeños de la casa, que no pararán de hacer ejercicio durante toda la jornada de sol en la alberca.
Al igual que cuando practicas cualquier otro ejercicio físico, después de nadar es fundamental compensar la pérdida de agua de nuestro cuerpo.
De hecho, la Organización Mundial de la Salud (OMS), recomienda beber entre 2 y 3 litros de agua al día para mantener nuestro cuerpo hidratado, pero durante la época estival conviene aumentar esa cantidad. ¡No esperes a tener sed! Sentir sed quiere decir que ya ha comenzado el proceso de deshidratación.
7. Ingerir alimentos ligeros y frescos: Lo más socorrido es llevar una neverita con algo sencillo de preparar como un sándwich, ensalada ligera o alguna pieza de fruta.
8. Prestar especial cuidado a los niños: Presta atención no sólo cuando están en el agua sino también cuando corretean alrededor de la alberca porque el suelo está especialmente resbaladizo. En el caso de que no sepan nadar, no permitas que entren sin manguitos o flotadores seguros para su edad.
Con apoyo de institutoaguaysalud.es